Reflexión sobre la ansiedad.

Que levante la mano quien no haya sufrido en algún momento de su vida: ansiedad y/o depresión, tal vez incluso no le pusiste nombre, pero en este formato social en el que vivimos es muy normal que lo hayas experimentado, y es mejor hablarlo que callarlo, darle espacio para sanarlo, durante el tiempo que lo padecí, lo oculté.

Cuando era adolescente era rara, así me nombraron mis compañeros en una clase en la que no sé por qué decíamos como veíamos al o los otros, aquello se me grabó porque de algún modo hasta me gustó, yo sentía que me costaba adaptarme a algunas de las cosas socialmente establecidas para una adolescente de mi generación. En esa época tuve un accidente de moto casi mortal que dió un vuelco a mi vida, de un día para otro mi cuerpo se quedó tan dolorido que tardó muchos años en recuperarse (10 años), y eso me llevó a mi primer contacto con la ansiedad, los mareos físicos me produjeron inseguridades, y me diagnosticaron anorexia nerviosa, ahí es nada, tenía miedo a los espacios cerrados, oscuros, con mucha gente, al ruido, a perder el control, entonces cada vez me socializaba menos, y la bola se iba haciendo más grande, y por muchas terapias, masajes, acupuntura, y cosas varias, yo seguía teniendo cada vez más ansiedad, todo se tambaleaba, las cosas no fluían nada, me exigía más, me reprimía mucho, y solo en momentos muy concretos (actuando y bailando) sentía cierta liberación de todo aquello.

Un día en pleno apogeo existencial y de ansiedad, apareció el yoga, y empecé a conectar con una parte de mi ser que se había quedado dormida con tanto estrés, con tantos miedos y confusiones. Con el tiempo conseguí que se modificara mi cuerpo, mi corazón y creencias para con el miedo inconsciente. Los primeros cambios fueron físicos, fueron desapareciendo los dolores causados por el accidente, luego los dolores internos relacionados con maneras de percibir mi realidad, y años más tarde los más profundos. Entre medias cuando conseguía ir serenando ese estado de ansiedad, mi vida se había complicado por diferentes motivos y conecté (menos tiempo porque ya tenía herramientas), con la depresión, duró poco, pero pude verme hundida, sin querer hacer absolutamente nada, y ahí fue cuando dí el primer salto mortal hasta quien soy hoy, una persona que conoce sus miedos pero que confía por encima de todo en sí misma y camina cada día para conseguir un estado de paz, y puedo decir que ya muy pocas veces me pasa, que me de una crisis, y si alguna vez se acerca a poder desarrollarse, me cuido para que no me haga daño, porque conocerse es cuidarse para no exponerse al dolor y poder ser lo que una es, sin miedos, sin exigencias, sin resultados, ser lo que una es con todo, con cariño y amor, mimarse, amarse, cuidarse cada día, porque la persona más importante en tu vida, eres tu misma, y ahora agradezco cada día quien soy porque durante 20 años (15-35) hubo muchos momentos complicados, pero había una parte de mí que sabía que yo podía ser dueña de mi vida, aún con todas las dificultades que tiene estar vivo. Y si lo comparto es porque cuando padecí ansiedad no supe hablarlo y me sentí muy sola, ahora estoy super bien, y además me encanta estar sola, pero ya es una elección, y es importante nombrar las cosas que pasan, y tal vez al leerme pueda ayudarte a ti, o tal vez al exponer mi vulnerabilidad, todos entendamos que estamos en el mismo camino, y nadie es mejor que otro, las circunstancias harán que cada cual procese su vida, estamos juntos en el camino. Gracias, Viole.

 

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