La constante necesidad del ser humano por desear y anhelar, nos hace ser infelices y violentos , una amenaza para nosotros mismos y el resto.
Vivimos en esa constante intranquilidad, descontento y tensión, que abrazamos como nuestra, de una manera natural. Nos negamos la oportunidad de Vivir en Paz .
Juicios, apegos, etiquetas, forman parte de nuestro estado. Una infelicidad que nos contamina internamente , y se refleja en el planeta.
Nuestro cuerpo manifiesta dicha insatisfacción en forma de contracturas musculares, enfermedades fisicas, mentales, emociones como la tristeza o la ira aparecen para contarnos que algo hay que revisar…
Vivimos en una dinámica social que se retroalimenta de este estado, apoya esta situación y lejos de solucionar genera más ansiedad al ser humano.
¡Y todo esto lo sabemos y lo permitimos.!
Entonces me paro y me observo, (al final te das cuenta que el cambio global es un cambio individual porque todos vamos sumando), y me siento conmigo y empiezo a chequearme en todos los niveles, en todos los planos, sin juicio, solo observo, sin queja, sólo me escucho, y ahí de a poco, sin esperar, voy cuidando mi ser, para que vayan deshaciéndose esas constantes intranquilidades y se conviertan en constantes tranquilidades.
Y me acerco a mi verdad.
Y la práctica de Yoga te ayuda y acerca a ti. La práctica de Yoga no es sólo hacer posturas (asanas), la práctica de Yoga no es sólo leer libros espirituales y meditar, la práctica de Yoga en un aprendizaje que esta en tus rutinas, en tu cotidianidad , en tu esencia. La práctica de Yoga te lleva a aprender a estar en coherencia con lo que sientes , lo que quieres y lo que necesitas . Estar en coherencia con tu cuerpo , tu mente y tu alma. Lo sé difícil tarea esta, porque, ¿que tanto somos capaces de darnos y dar?, ¿ que tantas veces estamos haciendo lo que queremos respetandonos a nosotros mismos y al resto ?, ¿que tan honestos somos con nosotros mismo y el universo?, y más aún, ¿que tanto queremos saber?….
Al final el Yoga, es una herramienta más de guía y como tal nos ayuda, si queremos y tenemos la Fe de que puede ayudarnos.
En una semana en la que he reído, llorado y amado, en la que he tenido encuentros y desencuentros, en la que he tenido imprevistos desagradables y maravillosos, en los que he aprendido y resuelto revelaciones .
Me sigo dando cuenta que nunca dejaremos de aprender, que de esto va la vida y que cuanto más nos sanemos como individuos, más sanas serán nuestras relaciones con los demás y con el universo.
-reflexiones del viaje-